El año 1995 marcará un incre­mento en los embarques de truchas y salmones que, de acuerdo a las cifras proyectadas, alcanzarían las 86 mil toneladas, con lo que nuestro país se mantiene como segundo productor de salmónidos de cultivo después de Noruega. No sólo es importante el volumen alcanzado sino que significará para el país un ingreso por concepto de exportaciones del subsector de alrededor de US$ 400 millones.

La cifra anterior es muy relevante porque coloca a este tipo de cultivo en el segundo lugar de las exportaciones del sector pesquero después de la harina de pescado.

La historia de los salmónidos en nuestro país se remonta al enlace entre los siglos XIX y XX, con la introducción de ovas de salmón del Atlántico (Salmo salar), trucha común (Salino fario) y trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss). La presencia de estas ovas originó la creación de la Piscicultura de Río Blanco, ubicada cerca de Los Andes, que aún funciona, y que depende actualmente de la Universidad Católica de Valparaíso.

La idea inicial de quienes primero trajeron estas especies al país fue poblar cursos de agua con el propósito de practicar la pesca deportiva.

El cultivo alcanza importancia a fines de la década de los setenta y comienzo de los ochenta; anterior mente en Aysén, se hicieron intentos con el sistema ocean ranching -siembra de ovas en determinado: cursos de 'agua, seguido por las migraciones de los salmones a mar para retornar posteriormente a: lugar donde fueron sembrados momento en el cual los peces sor capturados-. El proyecto, que contaba con el apoyo del Gobierna Japonés a través de su Agencia de Cooperación Internacional (JICA), no logró los resultados esperados.

El despegue del cultivo tal como se realiza en la actualidad, empleando balsas jaulas previa crianza en agua dulce, representó una cifra que bajó la óptica actual parece del todo modesta, aproximadamente 50 toneladas, que si se la compara con las 86 mil toneladas, después de una década y algo más de gran esfuerzo, hacen consistente la afirmación que 'todo gran camino siempre comienza con un primer paso'.

El cultivo industrial del salmón estuvo inicialmente asociado al salmón coho (Oncorhynchus kisutch), especie que mostró una extraordinaria capacidad de adaptación a las condiciones ambientales de la X Región del país.

Una institución pionera en el área de cultivos ha sido la Fundación Chile, con sus aportes en diferentes frentes: investigación, transferencia técnica y con la creación de la empresa Salmones Antártica permitió elevar el nivel de desa­rrollo del sector. Esta empresa fue adquirida posteriormente por empresarios japoneses.

Si se analizan las causas que originan el impresionante éxito del cultivo de salmónidos (salmones y truéhas) en Chile, éstas se asocian a las ventajas comparativas que posee nuestro país, y que no las tiene ningún otro país de la región, frente a los tradicionales cultivadores del hemisferio norte, noruegos y escoceses.

Después de casi 15 años de constante aumento en 1 producción de salmónidos, el éxito se debe a que en el país existieron empresarios lo. suficientemente audaces que supieron aprovechar las condiciones naturales que siempre estuvieron presentes.

El criador o cultivador de peces necesita ubicar para sus centros de cultivo lugares que reúnan, entre otras condiciones: aguas no contaminadas, tanto dulces como marinas, que permitan completar el ciclo de desarrollo de los peces en un tiempo lo suficientemente breve para que el cultivo sea realmente atractivo y rentable. Además, las aguas deben presentar una temperatura compatible con una producción de tipo industrial. Ambas condiciones -aguas limpias y temperatura- las reúnen las aguas de las regiones donde actualmente se ubican los centros productores nacionales. Especialmente la temperatura del agua del mar, que tiende a ser mayor que aquella de los centros de cultivo ubicados en el otro hemisferio.

Por otra parte, como en toda industria pecuaria intensiva., la alimentación constituye el ítem más relevante de la estructura de costos de la producción, que en el caso de los cultivos puede alcanzar al 50 o 60%. El insumo más importante de la dieta de los peces está constituido por la harina de pescado (HAPES) y nuestro país es uno de los mayores productores mundiales del insumo. En el sector productor de HAPES, es digno de destacarse, se han realizado grandes inversiones y se dispone de HAPES de tipo 'prime' de gran empleo en la alimentación de peces. Junto con la disponibilidad de este insumo clave, se cuenta en la actualidad con dietas de excelente calidad elaboradas por plantas especializadas, que pueden  satisfacer las necesidades de todo el ciclo productivo de los salmones y truchas.

Otro factor que favorece a la salmonicultura nacional es el costo dé la mano de obra, si se la compara con la de los centros de cultivo tradicionales de hemisferio norte. Sin embargo, al parecer lo que fue muy importante en los inicios de los ochenta ha devenido en un factor que tiende a disminuir en importancia.

Los empresarios, quienes desde 1986 se reúnen en la Asociación de Productores de 'Salmón y Trucha, supieron sacar provecho de las ventajas mencionadas, permitiendo potenciar el desarrollo de los cultivos a niveles que no se imaginaban los pioneros del sector y marcar una presencia significativa en los mercados internacionales.

La producción para la temporada 1995 alcanzaría las 86 mil toneladas, la cual tendría como componente al salmón del Atlántico, especialmente direccionada al mercado norteamericano en formó' de producto fresco, como también las exportaciones del salmón del Pacífico, destinadas al mercado japonés, donde las exportaciones chilenas han ido ocupando un importante porcentaje del salmón de cultivo importado por Japón. Finalmente, pero no menos destacable, están las expor­taciones de trucha arco iris en su presentación trucha mar y trucha 'pan size', cuyos mercados son Japón y Europa, respectivamente.

Se comenta la existencia de mercados emergentes, especialmente en América Latina, representados por Argentina, Brasil y México. Por otra parte, se exploran nuevos mercados objetivos como Hong Kong, Taiwan, Corea y Singapur. La gran importancia de estas nuevas

posibilidades de exportación para el sector salmonero nacional es ampliar el destino final de sus productos de exportación, puesto que en la actualidad, las exportaciones están demasiado direccionadas hacia Estados Unidos y Japón.

Lo comentado hasta aquí representa el éxito nacional. ¿Cuál es el desafío profesional que subyace, que está ahí presente?

Desde mi personal óptica, los Médicos Veterinarios interesados en el sector deben poner toda su capacidad creativa al servicio de una salmonicultura sustentable. Esto se puede hacer a través de diferentes áreas como patología, reproducción, selección, alimentación y gestión económica, para las cuales tienen una preparación de pre-grado que les permitirá adquirir conceptos especializados de post-grado siempre útiles y recomendables.

Los profesionales que en la actualidad se desempeñan en el sector, han demostrado una eficiencia notable y una extraordinaria facilidad para incorporarse a equipos de trabajo multisectoriales.

Es interesante de destacar que nuestra Facultad, junto al Instituto de Educación Rural, han puesto al servicio de la salmonicultura nacional desde 1992, la Piscicultura Experimental de Castro, la cual mantiene fluidos contactos con las diferentes empresas del área, con lo cual también se está contribuyendo a la gestión del sector.

Finalmente, salmonicultura sustentable significa producir bienes con la máxima calidad, con el mayor valor agregado y cuidar el ambiente que ha sido y seguirá siendo la irremplazable base que ha permitido alcanzar el éxito comentado. En otras palabras, se debe tener una ecología productiva, para que a futuro el comentario de la historia haga justicia a quienes fueron capaces de llevar a nuestra industria de cultivo al sitial de prestigio y eficiencia que se ha logrado.