Uno de los cambios más importante de los últimos 20 años en nuestro país es la liberalización, apertura e internalización de la economía, cuestión que trae consigo una revalorización del mercado y de los agentes privados en la actividad económica.

Ahora bien, hoy en días, es ampliamente reconocido que estos procesos de apertura y globalización de las economías, colocan como cuestión central el tema de la competitividad, entendida ésta como la capacidad de una institución para conquistar, mantener y extender la participación lucrativa y el crecimiento en los mercados ampliados.

Una segunda cuestión donde también existe bastante consenso es el importante rol que juegan la innovación tecnológico y la calidad de los recursos humanos en la construcción de la competitividad. Esto resulta particularmente evidente para el sector agropecuario por tratarse normalmente de mercados muy competitivos, en algunos casos saturados, y habitualmente fuertemente intervenidos.

De este conjunto de hechos emerge claramente la necesidad, para enfrentar con éxito estas nuevas demandas de una significativa readecuación de las instituciones involucradas en estos temas, una de las cuales es nuestra Facultad.

Este proceso de cambio dice, con el que hacer y en el cómo hacerlo. En lo primero quizás lo más importante sea la incorporación de nuevos temas en nuestro quehacer; la gestión tecnológica, la calidad, la sustentabilidad ambiental son buenos ejemplos de ello.

Con respecto al como hacerlo son muchas las opciones específicas, no obstante es una la cuestión central; un cambio en las relaciones entre nuestra Facultad y el sector privado, cambio que debe apuntar básicamente a poder estructurar estrategias comunes, tanto de corto como de mediano plazo para solucionar problemas de mutuo interés.

Nuestra Facultad ha hecho suyo este desafío y espera ir profundizándolo con el paso del tiempo para mejorar así su contribución el desarrollo nacional. Buenos ejemplos de esto lo constituyen i) la paulatina adopción en nuestro quehacer del enfoque denominado Investigación-Desarrollo. Este enfoque reconoce a los requerimientos y necesidades de los distintos agentes económicos tanto públicas como privadas como la fuente más importante de ideas de investigación y ii) el esfuerzo de capacitación que actualmente se realiza, en conjunto con la empresa privada, a través de la creación de la unidad de educación a distancia y que durante 1998 permitió capacitar a más de 2000 personas.